Experiencia en una sala de espera

Hoy después de tantos dias sin escribir por aquí, me reporto porque tenia muchas ganas de volver, las ocupaciones, responsabilidades, "x" y "z" situaciones me tienen alejada de una computadora y del internet.
Pense en subir dos post y lo haré ya hice el anterior .

Estaba pensando que más escribir, pero mi cabeza no decía nada más (me imagino que producto del cansancio) así que echándole un vistazo a mis apuntes decidí compartir esto con ustedes. 

Mi sobrina se llama Isabella, ha estado hospitalizada por una serie de operaciones de corrección  de una enfermedad con la que nació, esto lo escribí una mañana después de su cuarta operación. 

19-04-2016
Ayer tenia muchas ganas de escribir, fue un día largo, tan largo que 3 horas parecían un siglo de 2.000.000 de horas. Mi sobrina con sus cortos 19 meses estaba siendo operada por cuarta vez en su vida y por tercera vez en quince días. Tenía mil nudos en la garganta, quería parecer fuerte ante mi hermano y la mamá de la niña.
Cuando no podía más salía corriendo cobarde al baño, las lágrimas no podían aguantarse más en este par de ojos.
Fueron 3 horas eternas. Angustiadas. Sufridas. Antes de entrar a quirófano el Dr. Julio nos dio dos opciones que podían suceder en la operación, y nos desconsolaban.
Pero después de todo mi sobrina Bella tenia una sonrisa en los ojos que nos decía que ella podía con eso y mucho más. Éramos nosotros los que estábamos siendo débiles, ella era como un roble de 400 años.
La espera después de la entrada a la sala de cirugía se vivió y se sintió lentaaaaa. Mirábamos el reloj cada minuto. Al principio hablábamos, luego las palabras estaban de más, ninguno quería siquiera decir "a".
Se escuchaban unas cuantas palabras diciendo "se ha tardado". "el Dr dijo que duraría 1 hora, ya pasó hora y media, 2 horas, 3 horas".
Tuve que salir a comprar dulces, elegí esa excusa, iba en el camino diciéndome ojalá y cuando llegue a la sala de espera ya todo se haya acabado y me digan que salió todo bien. Para mi sorpresa cuando llegué nada habia pasado. Seguía la espera.

Pasadas las 3 horas, sale diciendo el Doctor que todo  estaba bien, que Isabella estaba durmiendo aún por la anestesia.
Tan fuerte mi Bella, salió triunfando. Salió de esa sala aún más fuerte que cuando entró. De repente los minutos se soltaron a correr nuevamente como un par de caballos en un hipódromo.
Tardó un poco más porque le estaba sacando canas verdes al doctor, eso nos dijo él.
No tuvieron que hacerle más mapas con un bisturí en su piel. Le abrieron por el mismo lugar que hace tres veces atrás. 

Dios es grande, la naturaleza misma lo es, el universo nos da lecciones de grandeza, entonces porque no creemos que Él lo es.
Sólo es cuestión de cerrar los ojos y sentir toda esa energía que recibimos en cualquier momento y lugar. Tanto como en una montaña, como en una sala de espera donde hace frio y todo parece tan helado y sin vida. Allí también está Dios. 

No sabemos cual va a a ser el futuro de Bella, sólo sabemos que nuestro compromiso y corazones  siguen con ella. Es que es un ser igual que todos nosotros. Nunca nos podemos rendir. Ese es el único NUNCA que se puede gritar a los cuatro vientos. Sólo Dios lo entenderá.
PD: subí una fotito de ella, cuando estaba sonriendome con los ojos, perdón por la mala calidad, es que no soy buena fotografa y no se aprovechar las luces. La foto más bonita está en mi cabeza. Está se la tome, porque le causa mucha gracia verse a ella misma. Y me encanta verla sonreír.

Comentarios

Entradas populares